19 de Agosto: Día Escolar Por la Paz y No Violencia

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En el marco de la conmemoración del día escolar Por la Paz y No Violencia, el equipo de Teen Power fortalece aún más su campaña por dar visibilidad a la situación crítica en la que se encuentra la población adolescente de nuestro país.

Durante los últimos días y ya desde hace años, ha sido complejo quedar indiferente a las reiteradas noticias de violencia escolar en Chile y el mundo. Peleas fuera de los establecimientos educacionales, aumento progresivo de casos de bullying y niños buscando nuevos colegios en la mitad del año, son sólo una parte de la cruda realidad escolar que atraviesan nuestros jóvenes.

¿Falta de protocolos? ¿Falta de herramientas? ¿Estamos frente a una generación que se comporta distinto? Expertos en educación y apoyo emocional han debatido en distintos espacios qué es lo que sucede y la conclusión es la misma: hay algo que no estamos viendo y que se debe tratar con urgencia. A pesar de los innumerables protocolos de convivencia escolar, canales de denuncia e intervenciones profesionales en colegios y universidades, las cifras sólo han ido en aumento y el comportamiento de los jóvenes no cambia.

Eileen Serey, Coach y Directora Ejecutiva de Teen Power, un equipo multidisciplinario que lleva más de un año realizando talleres para adolescentes, asegura que “las generaciones de pre adolescentes y adolescentes de hoy, son el resultado del tipo de educación socioemocional que han recibido hasta hoy, la cual no tiene ningún canal formal robusto. Lo que no estamos viendo está muy claro; estamos llenos de factores sociales que afectan el bienestar mental y emocional de nuestros jóvenes, pero en vez de prevenirlos, nos dedicamos a reaccionar”.

Sin ir más lejos, el psicólogo de la Universidad de Nueva York, Jonathan Haidt, sostiene que la aparición de los dispositivos móviles con acceso a internet y las redes sociales como Facebook, Instagram o TikTok han provocado una epidemia de enfermedades mentales en niños y adolescentes. De acuerdo a varios estudios, la cantidad de tiempo frente a una pantalla, reduce posibilidades de niños para interactuar con sus pares, con otros niños e incluso con sus padres, disminuyendo – además – oportunidades para aprender a controlar sus impulsos y emociones, así como la capacidad cognitiva, de sueño y de concentración. Los efectos no tardan en llegar: adolescentes sin control.

El foco debe estar en abordar la educación emocional que están recibiendo nuestros jóvenes, de una manera formal y robusta en todas sus etapas de crecimiento para prevenir y eliminar de raíz la cantidad de problemas emocionales y mentales a los que se ven expuestos, no sólo cuando ocurren situaciones agresivas y violentas. El cambio debe venir desde todas las veredas y , según agrega Serey, debemos dejar de ser una sociedad reactiva. Tenemos que dejar de ver la paja en el ojo ajeno, hacernos responsables de una vez y dejar de abusar del concepto de “víctima y victimario”, pues elegimos etiquetar y castigar socialmente a jóvenes que ni siquiera son conscientes de las consecuencias de su mala gestión de emociones, en vez de entregarles las herramientas de forma temprana”. 

El llamado es a planificar y actuar preventivamente de manera multidisciplinaria y consistente, ocupándonos además, de cualificar y nivelar profundamente a los profesionales que ejecutan dichas enseñanzas. No basta con protocolos reactivos o planes generales de educación socio emocional si no atacamos la inteligencia emocional con pilares profundos y con los profesionales adecuados. 

Más información en https://teenpower.cl/ 

Contacto:  Paulina Pino – Periodista +56989014715

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