“Un día martes, como hoy, 12 de noviembre del año 2019. El día más triste de mi vida” — Comienza las palabras Claudia Salgado, hermana de Karin, en sus redes sociales. Y es que no es fácil perder a un ser querido, y mucho menos en circunstancias tan desgarradoras, en donde, bajo las mismas palabras de Karin antes de fallecer, le quitaron la vida aún antes de perderla realmente.
Pero, ¿quién fue Karin Salgado y por qué su muerte remeció al país?
Karin fue técnica en enfermería en el Hospital Herminda Martín de Chillán, y fue víctima de acoso laboral en su lugar de trabajo, lo que la llevó al suicidio en noviembre de 2019.
Sus problemas comenzaron en 2018 cuando el hospital la involucró en un sumario por la pérdida de insumos médicos. Aunque se le pidió declarar como testigo, su superiora la presionó para modificar su testimonio y, al no hacerlo, fue desacreditada y tildada de “mala funcionaria”. Posteriormente, recibió sanciones, incluida una suspensión de 30 días y un cambio de puesto que redujo su salario a la mitad, lo que impactó gravemente su estabilidad económica y mental.
Pese a las denuncias que puso tratando de protegerse y tomar control de la angustiante situación, sus reclamos lentamente fueron desestimados, dejando a Karin sin el apoyo necesario en un momento crítico. Y he ahí el problema real que sufren las víctimas de acoso; el sistema que debería protegerlos y defenderlos, como las investigaciones internas (por parte de la empresa), las investigaciones externas (por parte de la Dirección del Trabajo) y las compañías de prestaciones de salud para los trabajadores (mutualidades) son quienes dejan a las víctimas en total desamparo y quiénes terminan revictimizandolos y desestimando los llamados de auxilio por faltas de pruebas, o simplemente, porque las investigaciones son ineficientes.
Su caso generó una ola de indignación en Chile y motivó la promulgación de la Ley Karin en 2024. Esta ley busca reforzar la protección contra el acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo, exigiendo procedimientos más estrictos de prevención, denuncia e investigación para proteger a los trabajadores vulnerables y evitar que situaciones similares vuelvan a ocurrir.
pero, ¿ha sido suficiente y efectiva esta ley?
Tras el aumento de denuncias por acoso laboral y sexual, lo que prometía ser una ley que sancionaría y acabaría con el acoso en el trabajo, se transformó en un colapso en un sistema que no estaba preparado para recibirla, y los problemas de su eficacia quedaron al desnudo.
Tan dramático y desolador ha sido el panorama, o importancia para esta ley, que este pasado lunes la Ley de Presupuesto para 2025 fue aprobada con modificaciones importantes, entre ellas, una significativa reducción en los fondos asignados a la Dirección del Trabajo.
Esta disminución de presupuesto podría afectar las funciones de fiscalización, control y mediación de la Dirección, limitando su capacidad para responder a denuncias laborales y realizar inspecciones, tales como las realizadas por Vulneración de Derechos Fundamentales, Prácticas Antisindicales y Ley Karin.
Las implicancias de este recorte generan preocupación entre organizaciones sindicales y defensores de derechos laborales, quienes argumentan que una menor dotación de recursos podría traducirse en un debilitamiento de la protección de los trabajadores y la capacidad para intervenir en conflictos laborales.
La diputada Marta González, comenta sobre lo referido y hace un llamado al gremio sindical para poner presión a una ley que busca estancar los avances en pro de los trabajadores.